Altái
Difícilmente se podrá encontrar otro rincón excepcional donde se pueda contemplar la belleza del Tíbet y de los Alpes al mismo tiempo. Por la abundancia, la diversidad y la hermosura de sus monumentos naturales, Altái es uno de los lugares más ricos de la Tierra.
Las riquezas de este tesoro siberiano, que el hombre no llegó a saquear todavía, se encuentran esparcidos en sus rincones más diversos con una generosidad asombrosa. Se trata de adustas rocas de granito y de cataratas que relucen al sol con los siete colores. De vistosas montañas y de cuevas laberínticas donde reinan las eternas tinieblas. De impetuosos ríos torrenciales y de lagos que no dejan de fascinar con su hermosura mágica. De fuentes cristalinas y de sonoros arroyuelos saltando alegremente por los cantos.